NINA Y EL CARCINOMA DE CÉLULAS ESCAMOSAS
Hoy os vamos a contar un caso muy especial con el que muchos de vosotros os sorprenderéis por lo que nos va a enseñar.
Nina es una preciosa gatita de 11 años de edad.
Vino a nuestra clínica para ser intervenida de un tumor en la zona nasal y gracias a una biopsia que le había realizado su veterinario, sabíamos que estábamos ante un carcinoma de células escamosas.
El carcinoma de células escamosas, también llamado CCE, es una neoplasia maligna cutánea que aparece con frecuencia en los felinos adultos.
Es una de las pocas neoplasias donde se conoce el factor predisponente (característica genética de algunos felinos) y el agente carcinogénico (radiación solar ultravioleta). Así que suele estar relacionado con animales de coloración blanca y con aquellos que se exponen más a la luz solar.
Los gatos son grandes adoradores del sol y pueden estar tumbados tomándolo sin sufrir quemaduras o dañar su piel. Sin embargo, para algunos gatos esto no es cierto ya que, al igual que las personas de piel pálida, los gatos con áreas de piel blanca y con poca densidad de pelo pueden sufrir daños muy severos tras la exposición al sol. Las zonas afectadas con más frecuencia son las orejas, la nariz y los párpados.
Al principio, la lesión aparece en forma de área de color rosado, quizás con algunas costras y pérdida de pelo.
Después, la exposición continuada a los rayos solares conduce a la aparición de más costras. Si estas lesiones no son tratadas y el gato no es protegido del sol, puede aparecer esta grave enfermedad.
El carcinoma de células escamosas ó CCE es un tumor maligno que se extiende localmente destruyendo el tejido de alrededor. En general, son invasivos localmente, insidiosos y recidivantes, pero de metástasis lentas. Ocasionalmente, pueden extenderse a otras partes del cuerpo como los ganglios linfáticos o los pulmones.
Para prevenirlos, se recomienda proteger aquellas zonas poco pigmentadas con protectores solares o evitar la exposición a la luz solar directa.
El tratamiento de esta neoplasia se basa en la detección precoz de las lesiones y en una terapia agresiva inmediata.
La terapia ideal es la ablación quirúrgica con amplio margen de seguridad. No obstante, cuando no se puede realizar la resección quirúrgica completa debido a la localización o invasión de tejidos, la combinación de distintos tratamientos es una opción de buenos resultados. En los últimos años, se han utilizado con éxito la criocirugía, radioterapia y la quimioterapia sistémica combinada con cirugía.
Finalmente, Nina se estabilizó con medicación y entramos a quirófano un mes más tarde, sabiendo a lo que nos enfrentábamos y asumiendo los riesgos.
La cirugía tenía que ser agresiva. No obstante, debíamos ser muy cuidadosos ya que estas lesiones, aunque el trauma sea muy leve, sangran profusamente al ser traumatizadas.
Sin duda el láser de CO2 fue un gran aliado para afrontar este problema.
Al terminar la cirugía colocamos a Nina una sonda de alimentación en el esófago. En este caso, nos adelantamos a que pudiera dejar de comer y así evitarle una segunda anestesia para colocarle la sonda.
De esta forma, nos asegurábamos que Nina comiera y pudiera recibir la medicación sin problemas. En el supuesto de que todo fuera bien, era tan sencillo como quitarle la sonda y seguir con la recuperación.
Deciros que Nina se está recuperando fenomenal. Está genial, comiendo mucho y respirando muy bien.
¡ENHORABUENA A NINA por ser tan valiente y una gatita más buena que el pan!
Y por supuesto… ¡ENHORABUENA a sus dueños por ser tan constantes y no perder nunca la esperanza!
¡¡ GRACIAS POR CONFIAR EN NUESTRO EQUIPO !!